Esta revolución fue hecha en Filipinas... y en algunos otros países en vías de desarrollo o del tercer mundo.
Norman E. Borlaug inició ésta revolución en 1960 a causa de la baja producción agrícola. La importancia de esta revolución radicó en que mostraba perspectivas muy optimistas con respecto a la erradicación del hambre y la desnutrición en los países subdesarrollados.
Los resultados en cuanto a aumento de la productividad fueron espectaculares. En México, basta citar como ejemplo al trigo: Su producción pasó de un rendimiento de 750 kg por hectárea en 1950, a 3.200 kg en la misma superficie en 1970. Se gastaron varios millones de dólares para poder hacer ese movimiento.
Pero los aspectos negativos no tardaron en aparecer: problemas de almacenaje desconocidos y perjudiciales, excesivo costo de semillas y tecnología complementaria, la dependencia tecnológica, la mejor adaptación de los cultivos tradicionales eliminados o la aparición de nuevas plagas. Por esto, la Revolución Verde fue muy criticada desde diversos puntos de vista que van desde el ecológico al económico, pasando por el cultural e incluso nutricional.
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